UN MODELO ESTRUCTURAL-FUNCIONAL PARA EL TDAH

TDAH en el DSM V: Diagnóstico y Enfoques Terapéuticos

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) aparece en el DSM V como un trastorno mental del neurodesarrollo. Los criterios diagnósticos son los siguientes:

A. Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con la función o el desarrollo, caracterizado por (1) y/o (2):

B. Algunos síntomas de desatención o hiperactividad-impulsividad estaban presentes antes de los 12 años de edad.

C. Algunos síntomas de desatención o hiperactividad-impulsividad se presentan en dos o más ambientes (por ejemplo, en casa, escuela o trabajo; con amigos o familiares; en otras actividades).

D. Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren o reducen la calidad de la actividad social, académica o laboral.

E. Los síntomas no aparecen exclusivamente motivados por esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (trastornos del estado de ánimo, ansiedad, trastorno disociativo, trastorno de la personalidad, abuso de sustancias o síndrome de abstinencia).

Nota: se especificará si la presentación del trastorno es predominantemente de desatención, de hiperactividad/impulsividad o combinada, si se encuentra en remisión parcial y si el grado de afectación actual es leve, moderada o severa.

El DSM V lista los síntomas sin conexión entre ellos y enumera trastornos mentales sin relación entre sí. Además, existe una comorbilidad entre el TDAH y otros trastornos y rasgos de la personalidad. Aunque el DSM V incluye trastornos relacionados con la ansiedad y depresión, hay una ausencia de trastornos relacionados con la agresividad, síntomas frecuentes en muchos trastornos, incluido el TDAH.

Es crucial atender a la persona en su totalidad, conociendo la estructura y función de cada síntoma y trastorno como un sistema donde todos los elementos interactúan. Así, algunos elementos pueden activar o desactivar otros en una secuencia temporal, formando una unidad estructural y funcional de la personalidad. Siempre encontramos un patrón típico del trastorno y patrones atípicos si consideramos a la persona en su totalidad.

Este artículo presenta un nuevo marco explicativo del trastorno, basado en diversas teorías como la teoría psicoanalítica de las relaciones objetales, la teoría estructural de la personalidad, el enfoque modular-transformacional y la teoría de las dos personalidades. A la luz de este estudio, el TDAH se describe como un estado activado por estímulos condicionantes consecuencia de una traumatización prolongada y de incidentes traumáticos leves pero continuos en el tiempo con personas significativas.

Los traumas se dividen en dos tipos: traumas tipo Eros, relacionados con el apego, cariño, amor, compañía y comprensión; y traumas tipo Tanatos, relacionados con la aprobación y reconocimiento de los demás.

En el TDAH, distinguimos dos estados: un estado normal de la personalidad donde no hay síntomas de TDAH, y un estado traumático donde aparecen numerosos síntomas en respuesta a un estímulo traumático tipo Eros o Tanatos.

Terapia de las Dos Personalidades

La terapia de las dos personalidades sostiene que todos tenemos dos personalidades o consciencias. La primera consciencia se refiere a cómo se siente y actúa el yo en relación con el otro, mientras que la segunda consciencia observa, vigila, juzga y tiene influencia sobre la primera. Este yo traumático constituye una personalidad, llamada personalidad número uno, que establece una relación con el objeto traumatizante. Entre el yo traumático y el objeto hay un intermediario, la personalidad número dos.

Estructura de las Personalidades

La personalidad número dos es la parte más importante en el TDAH, ya que modula, regula, dirige y guía a la personalidad número uno en su relación con los demás. Esta parte organiza, filtra, juzga y decide cómo la personalidad número uno sentirá y actuará. Trabajando de forma inconsciente, es crucial hacer consciente esta parte para conocer su influencia y modificarla si es necesario.

Objetivo Terapéutico

El objetivo es fortalecer y mejorar el funcionamiento del yo intermedio a través de dos técnicas principales: